«James Rhodes: de música y superación» es un post en el que voy a hablar de su libro Instrumental y de cómo la música y la creatividad pueden ser unas herramientas muy efectivas a la hora de superar traumas de todo tipo. A lo largo del libro él va dando su experiencia de todo lo que le pasó y es un viaje absolutamente objetivo de como el alma, el ser o la persona se va cegando cada vez más para intentar olvidar el suceso trumático, hasta tocar fondo, vivir el proceso de la noche oscura del alma y conseguir salir, en su caso sí que pudo, liberado de casi todo lo que le oprimía. Lo consiguió gracias a la música y su expresión cuando toca el piano. Para él es como una liberación directa del trauma a través de cada nota.

Después reflejaré todo lo que él dice que sintió durante esa dura travesía en comparación con la mía. Si la música para él y para mí es liberadora, puedo decir que su libro lo ha sido también para mí, porque me ha hecho darme cuenta de que todo lo que estaba sintiendo y no podía ni explicar, ni comprender, ni hacerme enteder, era absolutamente normal. Estoy segura de que ha sido el caso de muchos en situaciones parecidas. Por lo que os recomiendo leer el libro sí o sí. Si habéis tenido que pasar por un suceso traumático vosotros mismos. Si conocéis a alguien en esa situación y quereéis poder comprenderlo mejor y ayudarlo, o simplemente porque queréis saber más sobre la realidad posible para muchos.

 

El libro

James: Rhodes – Instrumental

Memorias de superación, valentía y aceptación.

“Si atribuimos a los traumas el carácter de un fetiche incomunicable, los supervivientes quedan atrapados, no se les permite sentir que los conocen de verdad… No supone una muestra de respeto decirle a alguien: “No puedo ni imaginarme por lo que has pasado”. Hay que escuchar la historia de estas personas y tratar de imaginar lo que es vivirla, por difícil o incómodo que resulte.”

Éste es el testimonio del veterano del Cuerpo de Marines de Estados Unidos Phil Klay, y con él James Rhodes abre su libro Intrumental. Él lo titula “Memorias de música, medicina y locura”, pero para mí, su historia tiene mucho de positivo dados sus logros después de haber vivido el infierno que tuvo que vivir. Vino en Enero a tocar a Madrid en el Price y yo tuve el privilegio y el inmenso placer de poder verlo. Y lo digo así por varios motivos.

El primero es que era la primera vez que veía en directo un concierto de piano. La segunda es que la manera que él tiene de contarte la “historia” detrás de la composición de cada pieza te la acerca de una manera completamente diferente a lo que anteriormente creías que podía ser la música clásica, y Zas! Te das cuenta de que los compositores eran humanos y también SENTÍAN. Además todo un rango de sentimientos que anteriormente jamás yo habría atribuido a todos esos grandes músicos. Y la tercera es que ya había visto su entrevista con Jordi Évole en LaSexta, me había dejado impactada y me había ayudado a entender muchísimas cosas de las que me estaban pasando a mí. Además de animarme a la superación personal ver que una persona que pasó por todo lo que él pasó ahí sigue. Eso le da fuerzas a cualquiera. Bueno…. O debería.

Cuando vi el concierto todavía no me había leído el libro, pero mi amiga Pu justo me lo regaló ese día. Además con la suerte de que al final del concierto hiciera firma de libros y allá me fui yo con mi regalito para que me lo firmara. Devoré el libro en dos días, y aunque algunas cosas él las explica en el libro hay otras que sólo dice en la entrevista. Verlo hablar y escucharlo tan natural, con esa calma y valentía hablando sobre los abusos que sufrió y todo lo que vivió después debido a ello, es simplemente algo que te mueve el alma y te invita y anima a salir de tu agujero y a solucionar tus problemas también. Os recomiendo que hagáis las dos cosas, leer el libro y ver la entrevista. HACEDLO.

 

 

Romper el silencio. Temas tabú. Hablar. Contar. Decir la verdad. Huir. Ocultar. Sentir miedo. Parálisis. Dolor. Comprender. Aceptar. Admitir. Escuchar. Culpa. Vergüenza. Violación. Abuso. Suicidio. Música. Psiquiátrico. Cero auto-estima. Éstas son algunas de las palabras clave con las que él describe su vida en las páginas del libro. Sus miedos a hablar por las amenazas del profesor que lo violaba y abusaba de él. Sus miedos a que se supiera todo por la vergüenza que él sentía. Intentar ocultarlo, y ocultárselo a sí mismo durante años para fingir de alguna manera que todo estaba bien y que esa monstruosidad no había pasado. Mecanismos y automatismos de la mente para negar algo tan terrible.

Si veis la entrevista os dais cuenta de que lo que los desgraciados estos hacen es romper el alma de una persona y despojarla de la cualidad inherente de humanidad. De repente dejas de ser lo que eras. Ya no eres NADA. Nunca, como él dice, vuelves a ser la misma persona. Por eso es importante escuchar a las víctimas y nunca jamás juzgar que lo que están diciendo sea una exageración. O intentar catalogar sus sentimientos, reacciones físicas y pensamientos como algo fuera de lugar o incomprensible, porque en realidad, eso es exactamente lo que están sintiendo. Y si a algunos os parece duro, incómodo, preferís seguir viviendo en vuestro mundo de maravillas y mirar hacia otro lado pues perfecto, pero sí que me parece una falta de respeto y comprensión absoluta, quitarle a alguien el derecho a expresarse (con lo difícil que es hacerlo cuando aún encima tu eres el que siente vergüenza) y sobre todo a ser escuchado y no juzgado.

Yo sé que esto es muy difícil de comprender, pero por alguna razón existe la “empatía”. Aunque está más que demostrado que ciertos seres enfermos mentales carecen de ella, y hoy en día parece más bien una pandemia – sí, me refiero a la falta de empatía – yo voy a seguir creyendo en la humanidad de las personas y en que si queremos, podemos entender y escuchar, y de esta manera podremos ser capaces de prevenir y de ayudar. El único problema es que normalmente es más sencillo para el cerebro no someterse al estrés ni la presión de cosas que nos disgustan y entonces TODOS preferimos mirar para otro lado.

Mi Historia

Otros lo llamarán victimismo y dirán que basta ya de hablar de esas cosas que no te aportan nada y que el pasado pasado está y que no tiene sentido hablar de ello. El tema tabú. El innombrable.” No lo digas. No lo pienses. Noooo. ¡Que no se te pase por la cabeza! No merece ni un pensamiento tuyo”. Y vale que no haya que ser obsesivo ni estar todo el día repitiéndote lo desgraciado que es y que por consiguiente, eres tú tambié. Pero lo que tampoco hay que hacer es mirar hacia otro lado y fingir que todo está bien. Que no pasa nada y ya que por fuera pareces estar de una pieza, pues aprovecha y finge que por dentro estás igual de entera.

MENTIRA. Él también habla del victimismo en el libro y dice que realmente llega un momento en el que

es un infierno construido por uno mismo”, y que “Es la principal causa de esa actitud de creerse con derecho a todo, de la pereza y la depresión en la que estamos inmersos. Es todo un arte, una identidad, un estilo de vida que te brinda una infinita e inagotable capacidad de sufrimiento.”

Y él reconoce también que es una trampa fácil de la que es muy difícil salir. Que es como una guerra continua entre la mente, el corazón y el cuerpo y los pensamientos en tu cabeza no hacen nada más que luchar para dejar de ser la víctima y ser el superviviente. Entonces el cuerpo te manda señales continuas que no puedes ocultar porque el corazón te dice que están ahí. Y también dice precisamente que conseguir romper con ese papel de víctima es decisivo para empezar a estar mejor después de un abuso. Para volver a sentirte humano. Un humano superviviente.

Las voces

Pero es que conseguir eso es jodidamente difícil. Super-mega difícil. Hercúleo. Habla de las voces que siente en su cabeza, de las noches sin dormir. De problemas físicos desencadenados por los recuerdos guardados en su memoria y de múltiples personalidades. De tener que ingresar en un psiquiátrico después de intentar obviar y evitar todo con drogas, alcohol, un trabajo normal, una vida normal. Tapar, tapar y tapar con cosas nuevas, ocultarse en la normalidad para que al final todo le explotase en la cara cuando nació su hijo y pensaba todo el tiempo que le iba a pasar lo mismo que a él y no podía soportar la culpa de haber puesto lo que más quería en esta vida ante tal situación.

“… la depresión detesta el vacío… Lo más fácil del mundo es cortar y salir corriendo. De todo, no solo de las relaciones. Así se evita cómodamente asumir la responsabilidad de las cosas, aprender lecciones que son imprescindibles en determinado momento; también se refuerza el sentimiento de culpa y asimismo garantiza, al menos en mi caso, que se repetirán las mismas movidas con otra persona”.

Y si no lo arreglas es entonces cuando te vuelves a romper y a descolocar por completo. Cuando todo explota, aparecen TOCS, el PTSD (síndrome postraumático) las voces otra vez, la ira, la rabia-el odio-el miedo-la amenaza-la hipervigilancia. Insomnio. Pesadillas continuas…. Y éstas son sólo algunas de todas las cosas por las que pasó, y algunas todavía viven con él. Y las voces son un coñazo. Muy pesadas, y se apoderan de ti y te dicen cosas que tu sabes, o no, muy en el fondo que no eres pero acabas creyéndote. Es algo así como que te digan que no vales para nada aunque tú sí que sepas que alguna cosa puedes hacer, pero al final llegas a aceptar que, efectivamente, no vales para nada. Sería algo más o menos así:

“No vales nada. Eres una mierda. Nadie te va a creer. Mejor, nadie te va a escuchar porque a nadie le interesa. Porque es más fácil ocultar lo que no nos gusta y no hablar de ello. Sí, las palabras tienen ese poder. Como si el verbalizar algo lo hiciera real. Pero no. Mejor cállate. Total para qué. Lo escondo todo. Qué asco doy. Soy repugnante. No no no nooooo. Fuera. La culpa es mía. Es normal que me pasara. Me lo merecía. No hice todo lo que estaba en mi mano para que no me trataran mal. Nunca te has respetado. Como te van a respetar. Mierda, estoy jodid@. Soy lo peor. Vale, basta ya. Soy horrible. Cómo le vas a gustar a nadie. Quiero dormir. Vaya inútil eres. No eres capaz ni de dormir. Eres patética. Qué pena das. Déjalo ya. No seas así. No es culpa tuya. Sí que lo es. Duerme. Putas pesadillas. No quiero dormir. Entonces para qué te metes en cama. Ponte a hacer algo de provecho. Ah no, que no eres capaz de hacer nada que valga la pena. Dejadme dormir. Joder, solo quiero dormir tranquila, es tanto pedir? Puta mierda. Voy a contar ovejas: una dos tres cuatro cinco 6 7 8 9 10 11… qué tenía que hacer para mañana? Creo que la clase está bien planteada así. Joder me olvidé de hacer esto. Raro era que hicieras algo bien. Ya estamos. Tú no estabas contando para dormirte? Pff total siempre me pierdo y nunca me duermo. No sé ni cómo llegas hasta aquí. Por qué no te concentras joder? Duerme de una vez. Respira y relájate. Relájate dice! Ni que fuera tan fácil relajarse. María joder! Deja de pensar. Inspira … expira…. Inspira …. Expira…. Insp… joder qué aire hace… va a volar el tejado…. “ y así podría estar horas…. Jajaja

A pesar de las voces y la guerra continua en su cabeza y los tics y tocs y todo lo demás, y junto con el amor absoluto e incondicional por su hijo (como dice él “el único amor que tiene garantizado sentir” – ni siquiera por él mismo lo tiene garantizado) consiguió encontrar un punto de luz y esperanza en la música. En la música clásica. Y si veis la pasión con la que habla de los compositores y las historias que explican cada pieza entenderéis de lo que hablo. Y joder, a mi me contagia y me hace querer saber más y más sobre ello. No sólo eso, me acerca más a algo que hasta ahora era un tema que requería demasiado conocimiento para mi nivel jajaja. Tanto me gusta que ahora publicó otro libro en el que te explica cómo aprender a tocar el Preludio Nº1 de Bach en 6 semanas, y ¿sabéis qué? Que yo voy a aceptar el reto y me voy a poner a ello a ver si lo consigo jajajaja ya os contaré qué tal.

Mi liberación por comprensión: «Lo que me pasa es normal».

Él ha sido muy valiente en contar toda su historia. Y lo admiro muchísimo. Aunque él diga de sí mismo

no me siento valiente para nada en absoluto”.

Sólo siento admiración por él. Además tengo su firma y es el primer autógrafo que tengo en mi vida. A los que os parezca insignificante y penséis que no vale nada lo prefiero mil veces a uno del flipao de Cristiano Ronaldo por ejemplo. Y punto. Al tema, que me toca a mí. Me encanta James Rhodes. Me encanta que haya sido tan generoso de contar su historia en su libro desde dentro de su cabeza para que los demás la podamos comprender de verdad y darnos cuenta de que no somos unos bichos raros y que esas cosas que se te pasan por la cabeza son normales después de que te pasen una mierda de cosas. Y joder, es liberador. En serio.

Me da igual que no me creáis, que me digáis que no debería hablar de esto, que no vale la pena, que ya está bien. Pero es lo que hay, es lo que me habita y lo que vive en mi, y como en el fondo esto tampoco lo vais a leer tantos, a mi me vale para hacer lo que siempre me gustó hacer. Escribir y hablar conmigo misma y sacar todo fueeeeraa como si de una catarsis de letras se tratara. Jajajaja me encanta!!! En lugar de “brainstorming” me acabo de inventar “wordstorming” jajajaja lluvia de palabras, aunque la traducción sería más bien una tormenta de palabras. Tormenta tal vez como la de mi pesadilla de esta noche, y la de ayer. Y la de antes de ayer. Y antes de antes de ayer. Y no sé cuál sería la terminología correcta para seguir haciendo una cuenta atrás desde hoy hasta el 25 de septiembre del 2015.

Las pesadillas

Sí, tengo pesadillas. Todos los días. Repito. TODOS LOS DÍAS. Desde el 25 de septiembre del 2015. No ha habido ni un solo día que no haya tenido pesadillas. Bueno, en Islandia conseguí al menos que los sueños fuesen en presente y no de mierdas de lo que me torturaba la cabeza. Dos semanas de paz increíble. Son así: Lloro-escapo-corro-tengo miedo-se ríen de mi-quiero gritar y no puedo-mato a gente-gente quiere matarme-cuchilladas-sangre-golpes-tormentas-tsunamis-terremotos-maremotos-escapar corriendo buscando refugio para que no te pille la ola-mi ex riéndose de mí-ella (la otra-nueva novia) riéndose de mí también- accidentes-conducir el coche sin control-salgo corriendo de sitios-salgo volando de sitios-tengo poderes y escupo fuego por la boca y acabo con millares de personas que son malvadas y crueles con otras personas-me secuestran-secuestran a mi hermano y somos pequeños-quiero salvar a mi hermano-nos escapamos-corre corre correeee por dios que nos coge otra vez-corto en dos al tipo hijo-de-puta con un hacha-asesinan a mi prima y voy detrás del culpable para acabar con él-me quedo inmóvil y viene a por mí-quiero correr y no puedo-quiero defenderme y no tengo fuerzas-doy golpes inútiles-busco busco continuamente-no encuentro lo que busco-estoy perdida en sitios-ciudades desiertas-vuelve el secuestrador-miedo de que nos/me coja… Me despierto. ¿?Sigo?? No. Porque agota. Aunque vistas así escritas no parecen ni para tanto. Pff eres lo peor.

Esto cuando consigo dormir, aunque ahora esa parte ya está más normalizada gracias a las pastillas que me recetó mi doctora porque llevaba un mes sin poder dormir más que 4 o 5 horas y, llega un momento que se te desequilibra todo y entonces empieza el fin del principio. Sí, eso es exactamente. El fin del principio. Y primero es una mierda. Una gran cagada, y sientes que eres una patética fracasada e inútil que no es capaz de dirigir su vida y te mueres de vergüenza de tener que reconocer que estás hecha un cuadro y que has tenido que pedir ayuda y te sientes frágil y vulnerable. Y-es-u-na-mier-da. Pero de todo se sale y después mejora. Pero es largo y lleva mucho tiempo y hace falta paciencia. Con todo y sobre todo con uno mismo.

Me gusta James Rhodes porque lo entiendo. Porque entendí todo lo que explicaba en el libro sobre las sensaciones, los sentimientos y la incomprensión hacia uno mismo por no saber manejar lo que está pasando. Me gusta porque me vi reflejada en sus palabras y porque lo respeto, y comprendo todo lo que ha pasado. No seré capaz de sentir las sensaciones físicas de lo que a mí no me han hecho, porque no me han pasado esas cosas tan brutales que le pasaron a él. Pero en esta vida hay muchos tipos de abuso, y el psicológico o emocional, aunque sea producido inconscientemente, si así fuera el caso, te deja igual de tocada y hundida.

(Igual que en el jueguecito de hundir la flota jajajaja lo único es que de un movimiento te hunden todos los barcos y las bases de lo que tú pensabas que era la vida hasta entonces. “¿Pensabas que esto era la felicidad? Pues entérate, no existe nada de lo que creías. Te voy a joder. F7. HUNDIDA”. Cabrón de mierda. Perdón. Me vino la rabia. Respira venga. La respiración y contar son salvadores.)

La liberación a través de la música. El espacio de paz que encuentra en ella.

Ya está. Bueno, sigo. Aparte de gustarme este hombre por cómo me cuenta cómo funciona su cabeza y cómo funcionó en el pasado, me encanta también porque dice algo que para mí es como una de esas verdades universales que simplemente pasamos por alto. La música le salvó la vida. Es medicina para el alma. Qué bonito.

En ella encuentra su rincón de paz donde absolutamente nadie puede entrar. “Nada puede tocarme aquí”…

Pobre… Y entonces mientras toca se desplaza a otra dimensión, como si de la disociación se tratara (concepto que explica en el libro y en la entrevista y que es el momento en el que su conciencia es capaz de abandonar su cuerpo y traspasar las paredes y las puertas y volar alto porque mientras su profesor está abusando de él, la sensación es tan horrible, dolorosa e insostenible que la mente busca salir y escapar de allí de la única manera que pueda).

Dice en la entrevista con Jordi Évole que la música clásica para él ha sido como la medicación. Que escuchar las historias que hay tras cada pieza es bonito aunque sean dolorosas también. Él siempre encuentra algo que admirar detrás del dolor. Dice en otra entrevista en Radio3, que la música vale para reconstruir cosas. Que cuando tienes un desequilibrio emocional, sentir cualquier cosa puede ser peligroso, por eso te dan medicación para intentar calmar los sentimientos. Y las pastillas funcionan porque evitan que sientas nada, pero es que la música, según su punto de vista, va mucho más allá. Se cuela por debajo del sentimiento, del dolor y del sufrimiento y pasa a través de él rompiéndolo y por lo tanto liberándote…. Precioso…

Y no sé cómo explicar esto, pero así es justamente cómo lo vi yo en el concierto, hice un dibujo para que se pueda entender mejor. Lo que vi era algo así:

 

James Rhodes dibujo

Y fue precioso. A ver, la iluminación de la sala era nula a propósito. Solamente había un foco encima de él y del piano. Cuando se levantaba para contarnos algo de la pieza que iba a tocar se movía el foco, pero nada más. Entonces cuando se ponía a tocar y te dejabas llevar por las notas y no prestabas atención total al movimiento de las manos y los dedos, es decir, mirabas sin mirar… algo así… Entonces empezaba a aparecer sobre él este halo como de luz blanca, como si alguien más grande que él lo moviera desde arriba. Iban a la par en movimientos. Lo más curioso de todo es que por encima de esa luz que proyectaba aparecía de nuevo esa oscuridad que no se separaba de él y Zas! Ahí me acordé de cuando él decía en la entrevista que lo que te pasa no se te olvida nunca, y que eso de que el tiempo lo cura todo es una jodida mentira (bullshit) porque

hay heridas que jamás desaparecen, simplemente tienes que aprender a convivir con ellas”. JODER. Sigue: “Treinta años después sigo en el mismo sitio, inmovilizado contra el suelo, dolorido y con la impresión de que todo ha sido culpa mía. Solo por escribir unas pocas palabras al respecto. El poder inherente de esta mierda para joderte con una mera sonrisita burlona es aterrador”.

¿Cómo no va a tener algo de oscuridad rodeándole? El pobre bastante hace y bastante consiguió después de todo. Y como lo vi yo en el concierto era así. Con su halo de bondad inherentemente humana y después con esa otra capa de oscuridad y sufrimiento que estaba más apartada de él, pero que de alguna manera no le dejaba ni se separaba de él.

Hubo otra sensación que después comentando con unos amigos el concierto, tuvieron el mismo sentimiento que yo. Que cuando te fijabas más detenidamente en él, te dabas cuenta de algunos de esos tics que él dice no puede evitar ni aunque esté tocando y veías de verdad al humano atormentado en su dolor y rabia e incomprensión y todo eso junto en cada digitación de cada nota. Impresionante. Yo lo veía como si fuera su proceso de expiación, de liberación de todo ese peso de ese mal pasado que lleva a cuestas. En el libro dice con respecto a Ravel que fue

alguien a quien su música le hacía sudar sangre y que tenía que arrancarse cada nota con dolor, lenta y metódicamente”.

Y yo creo que lo que consigue él cuando toca es algo así, liberarse de todo. Él lo explica así:

“…después de llegar al escenario temblando, me siento en el banco y algo se apodera de mí. Desaparezco en el buen sentido. Sin salir volando del cuerpo, sin un dolor abrasador en el culo, sin sangre, ni lágrimas, ni estar inmovilizado contra el suelo. Es lo mejor que hay en la vida, como recibir desnudo un masaje de piedras calientes a cuatro manos mientras suena Bach. Todo sucede en un abrir y cerrar de ojos y, al mismo tiempo, parece que el mundo ser ralentiza, que todas mis angustias relativas al tiempo desaparecen. Hay un espacio infinito entre las notas, un asombro total ante el sonido que están produciendo mis dedos (no por su calidad, sino por el mero hecho de que lo estoy haciendo, no sé muy bien cómo), una sensación de haber llegado a casa.”

La música como expresión y salvación

¿Os dais cuenta de todo lo que se puede transmitir y sentir sin hablar? ¿De todo lo que se puede transmitir a través de la música? ¿De las vibraciones de las ondas del sonido? Es que me flipa esto. Y a mí me pasa algo parecido a eso. Hay ciertas canciones que no sé cómo explicarlo, o ciertos artistas, o ciertas voces, que me transmiten más que otros. Pero no hablo de que me gusten más o menos. Hablo de que cuando escucho ciertos temas en momentos concretos me producen un sentimiento o una sensación distinta a cualquier otro momento en el que haya escuchado esa misma canción. Y tambien puede que sea la primera vez que la escucho y digo “…mmm… y esto ¿qué es? ¿Por qué me gusta tanto? ¿Qué me quiere decir?

Por eso me encanta lo que dice de la música, porque lo entiendo perfectamente. Recuerdo la música presente en mi vida desde muy pequeñita porque mi madre nos despertaba con ella por las mañanas y simplemente es que no puedo vivir sin ella… A ver, podría en momentos, pero desde luego mi vida no sería igual. Me habla, me sugiere, me susurra y me enseña taaaantas cosas… Además es la única actividad que hasta ahora me permitía estar (con)centrada SOLAMENTE en eso… Bueno, esto cuando me meto en la canción y me pongo a analizar la letra y el significado y la pongo a todo volumen y la canto con la letra y de alguna manera la hago mía… Aunque pensándolo ahora, no es que la haga mía, es que ella se apodera de mí. Y eso me da la paz de mis pensamientos durante el rato que dura la canción.

No he conseguido nunca, hasta ahora, estar centrada en una sola cosa al mismo tiempo. Con estas canciones me concentro en ellas y no pienso en nada más. Y sé que hay algunos afortunados entre vosotros a los que la mente respeta y conecta cuando tiene que conectar y podéis solamente estar a una cosa en cada momento, y eso, a pesar de lo que decimos de los hombres en plan negativo, que no sois capaces de hacer dos cosas al mismo tiempo, es la paz de la vida jajaja. Digo esto porque aunque parezca raro, el hecho de que la cabeza pueda estar a más de una cosa, o dos, o tres al mismo tiempo, puede ser divertido pero también puede ser una maldición, si eso gana poder y no eres capaz de acallar tus pensamientos o de ordenar a la mente hacer lo que tú quieres, no lo que ella quiera. Y es lo peor.

Durante este año pasado he intentado todo para calmarla y conseguir que los recuerdos y pensamientos no me torturasen. Pero es muy difícil. James Rhodes dice en su libro que lo que haces es cargarte de cosas para no pensar y mirar hacia otro lado para no recordar. Y es verdad, pero en el momento de quietud, de calma, si la dejas, se despierta y va cogiendo más y más poder, y se levanta como un monstruo enooorme, como si fuera el Ojo de Sauron en el Señor de los Anillos. Y tú, humilde, indefenso, intentas someter al dichoso monstruo pero no te hace caso. Tiene vida propia, es libre y te dice y piensa y vive como le da la gana mientras tú estás despierta. Cuando duermes ídem porque tienes pesadillas y mientras intentas dormir se hace insoportable aguantarlo. Es una mierda. Pero siempre existe una solución para todo, siempre siempre.  Sólo hay  que encontrar la que sea adecuada para vosotros.

Y, aunque hice todo lo posible por desviar la atención de ese dolor, no pude escapar de él. Aunque el perdón y la meditación, leer y escribir, hablar y compartir, todo eso ayuda, para mí la creatividad es una de las herramientas más profundas para superar el trauma”.

Y yo estoy totalmente de acuerdo con él, la creatividad te libera. Un día llegó a mí un libro de colorear mandalas, y de repente recordé cuánto me gustaba de pequeña colorear y dibujar y el día que coloreé el primer mandala fue increíble. Primera vez en mi vida que yo recordara que conseguía estar centrada SOLAMENTE en eso. SOLO en colorear y pensar qué color prefería para esta forma o para aquella otra. No os podéis imaginar la paz y la liberación que te da eso, a mí me lo dio. Y ahora cuando dibujo consigo el mismo efecto, aislarme por completo de todo y estar SOLAMENTE concentrada en lo que estoy dibujando y nada más. Y es genial.

No sé si os parecerá raro o no, pero es que mi cabeza no para nunca. Quiero decir que incluso ahora que estoy escribiendo, un poquito por debajo de lo que estoy pensando en decir, hay un pequeño “ruido” de pensamientos y está funcionando la mente. Cuando leo incluso hay veces que tengo que volver a leer porque me voy en automático y me pongo a pensar mientras leo. Mientras cocino, limpio, friego, conduzco, duermo, hago la compra… TODO. Es un poco coñazo pero siempre he funcionado así.

Por eso también la razón de ser de este blog, de escribirme, de contarme a mí misma, de hablarme, y de hacerme consciente de lo que todavía me preocupa o no… Los mensajes que tengo que darme. Voy a cambiar el “Tener que” por “considerar”. Mejor así sí. Leerme y analizarme y sacarlo todo que no quede ni una espina de oscuridad en este cuerpo ni en el alma. Como él dice:

Todo ese mantra cósmico, propio de la autoayuda, de que se te da lo que necesitas cuando lo necesitas, de que es necesario que toques fondo, que tienes que vivir las cosas desde dentro en vez de evitarlas, es, desgraciadamente, cierto. Al menos para mí.”

Y para mí también. Completamente. Si bien antes de todo este año no pensaba así ahora estoy absolutamente convencida de que es así. De que todo pasa por que así tiene que ser. Incluso ahora miro atrás y veo el dolor con el que viví durante muchos días y meses, que parecía, no perdón, QUE ERA insoportable e insufrible, y ahora que estoy mejor, lo veo como algo necesario y enriquecedor para mí, ya que de otra manera, seguiría viviendo esta vida pensando que sentimientos tales como los que tuve no eran posibles. Y experimentarlo ha sido muy duro… durísimo… Pero estoy agradecida porque el haberlo superado me hace saber y sentir cosas que otros no saben aún.

Las consecuencias del «trauma». La aceptación.

James Rhodes puede decir que la música le ha salvado la vida y yo puedo decir que leerlo a él me la ha salvado a mí. Al menos me ha ayudado infinitamente a entender que todo lo que me estaba pasando era más que normal. Estas son algunas de las consecuencias de mi proceso, y hubo un tiempo que convivía con ellas pensando que me las merecía todas. Hasta que leí el libro y con ayuda en terapia me hice consciente de que sentir todo eso era normal y formaba parte de lo que me estaba pasando.

Sentir culpa, porque siempre piensas que algo tuviste que hacer mal para ser tratada de esa manera.

Vergüenza, de que se haya reído de ti durante meses y todos tus amigos y familia lo saben y sientes lástima de ti misma porque lo que te hizo es super asqueroso y piensas que si te engañó como lo hizo y se supone que te quería tanto y joder tú lo querías muchísimo, y entonces piensas que cualquiera puede ser así y no puedes confiar en nadie y te sientes solísima.

Miedo, a encontrártelo en cualquier sitio y no poder controlar ni las sensaciones físicas ni psicológicas porque no sabes ni cómo vas a reaccionar. A veces le cruzarías la cara, otras lo mirarías a los ojos y sin decirle nada te irías… y así.

Asco, hacia ti misma, hacia tu cuerpo, porque te sientes sucia y ultrajada porque te besó y te acarició y estuvo dentro de ti como si nada después de haber estado con dos o las que fueran durante meses y sin usar protección. Qué puto asco joder.

Nausea, cada vez que ves una película subidita de tono, se abre cualquier ventana de estas porno cuando quieres descargar música o una peli o cualquier cosa, porque te recuerdas objetificada y usada como un recipiente, ni siquiera como un cuerpo, es asqueroso. REPULSIVO Y NAUSEABUNDO.

Repulsión, cuando ves una foto suya de ahora con quien sea y ni siquiera lo reconoces como la persona a la que quisiste.

Inapetencia, porque hasta respirar es costoso, y sólo pensar en masticar te agota todavía más.

Cero auto-estima, porque lo que te hace sentir es que eres una mierda, que no vales nada, que no tienes valor alguno, que da igual todo lo que te prometió o te dijo sobre que te quería para siempre, o que quería casarse contigo y tener hijos, que eras su persona, que como tú no había ninguna, que nunca se había sentido así con nadie, que su vida era mejor porque estabas tú en ella, que todas sus ex de antes estaban locas y que contigo todo era diferente… y que te quería para siempre… Da igual lo que fuera, porque de la noche a la mañana ya no eres esa persona. Ya no eres nadie para él. Mejor dicho, no eres ABSOLUTAMENTE NADA. Si te he visto no me acuerdo. “Oh sí, sé lo que te he hecho, pero esto le pasa a todo el mundo y nadie está libre de (no) hacerlo”. PERDONA???!!!!  En fin…

Tener pensamientos suicidas, pero no porque no quieras vivir más, si no porque todo es insoportable y no te ves capaz de no vivir atormentada. Insisto y repito aquí, no soy yo la que piensa o pensaba porque sí en las cosas que él me hizo y todas las mentiras que me contó, sino que toda esa nube negra tenía vida propia y aparecía cuando le daba la real gana y no era nada fácil librarte de ella. A veces podía estar fregando o colgando la ropa y no sé por qué razón se apoderaba de ti una sensación de asco completa, o de pena, o de vergüenza, o tristeza, o culpa… y las lágrimas se vienen a los ojos y simplemente no las puedes controlar. En el libro él lo explica así:

No hay siete etapas en el dolor. No según mi experiencia…. Todo aquello solo fue una temporada muy larga en el infierno. Pasaba en un abrir y cerrar de ojos de la rabia absoluta a una tristeza inconsolable, a la desesperación, al pesimismo, a una sensación de vacío imposible de llenar”.

Y es así. De alguna manera cuando tratas de taparlo y evitarlo sale cuando le da la gana. Pero si te enfrentas a ello y te das cuenta de que forma parte de ti, entonces esos sentimientos negativos empiezan a desaparecer. Y lo hace porque sabes perfectamente que eso está ahí y siempre lo estará. Pero si te enfrentas a ellos, el miedo desaparece y de alguna manera, lo aceptas y convives con ello y entonces se hace más llevadero.

Claro que es verdad que no te abandona nunca, y que aunque el tiempo ayude un poco, una parte de ti jamás volverá a ser la misma. Puedo estar mucho mejor, e incluso considero que en estas últimas semanas ya he empezado a decir que me siento feliz de ser quien soy, de cómo soy, de tener la familia y amigos que tengo y que quiero y me quieren, y que estoy decidiendo y empezando a dirigir mi vida como deseo… y joder, el sentimiento de que me faltaba algo está desapareciendo, porque me estoy volviendo a reencontrar. No porque me faltará él eh! Mucho ojo! YO ME FALTABA A MÍ MISMA. ME HABÍA PERDIDO EN EL VACÍO POR COMPLETO PORQUE DE ALGUNA MANERA, Y ESTO ES LITERAL, ACABÓ CONMIGO O AL MENOS CON LO QUE YO ERA HASTA ESE MOMENTO, ME EXTERMINÓ Y ANIQUILÓ TODO LO QUE YO ERA.

Pero ahora creo que puedo decir que soy feliz. Sí joder, venga María dilo. Te lo mereces, SOY FELIZ. (Se me dibuja una sonrisa al escribirlo jajaja). Encuentro que el viaje de reconstrucción, búsqueda de mí misma en las profundidades, volver a recuperar los valores que tenías, las ganas de todo, sentirte viva cada vez más, ha sido uno de los mejores, y peores – mmm… voy a usar la neurolingüística y decirlo así «uno de los mejores y más difícil de toda mi vida». Pero eso, que a pesar de estar mucho mejor, sé que si busco ahí abajo, donde descansa todo eso que he aceptado… es como abrir la caja de Pandora y duele, no sé si en algún momento dejará de hacerlo. Espero que sí. Hay algo que está dentro de tí que no creo que se pueda ir nunca, pero ni siquiera lo recordaré ya como algo malo, sino como una prueba de superación, descubrimiento de mí misma y crecimiento.

James Rhodes: música y superación

Su positivismo después del trauma

Me encanta el libro de James Rhodes. Me encanta. Lo había dicho ya? jajaja Porque si dejas todo lo negativo y doloroso a un lado, después te regala unas joyas de testimonios positivos para hacerte pensar y que te des cuenta de que la vida es mucho más sencilla de lo que pueda parecer, y que con esfuerzo y tesón se puede conseguir lo que te propongas y que sea tu pasión. Estas invitaciones están hechas desde el corazón y como él dice:

Qué espantoso es tener una pasión que dicta cada segundo de tu vida y carecer de la valentía moral para desarrollarla”.

Habla también de la educación y el error abismal que se está cometiendo al sacar la música como asignatura en los programas escolares, y tiene toda la razón. Habla de que matamos la creatividad y que con el ritmo de vida que llevamos apenas nos enfrentamos a nosotros mismos y ahogamos la nuestra propia porque es lo que se supone que hay que hacer. Hay muchísimas cosas positivas y reanimadoras en el libro y en casi cualquier entrevista que escuchéis o veáis de él.

La superación, la aceptación, la humanidad que le había sido robada y que al final pudo recuperar con mucho esfuerzo y muchas recaídas. Recaer y volver a levantarse. Al menos lo hace unas 5 veces. Y me refiero a tocar fondo de verdad e intentar suicidarse y después conseguir sobreponerse y superarse una vez más. Caerse y volver a levantarse. Habla también de las drogas socialmente aceptadas y de las que no lo son. También del sexo como evasión para no pensar ni enfrentarte a la vida que estás llevando.

Cuenta cual es su idea de amor ahora que ve superados muchos problemas:

Me equivocaba en todo lo que pensaba sobre el amor. Creía que el amor era llamar la atención, obtener comprensión, apuntarte un tanto, todo ello basado en opiniones externas y en cosas también externas y materiales. Nada relacionado con compartir valores y creencias. Era algo ingenuo, disfuncional, escasamente sano y egoísta; el amor que siente un niño por su padre, no un hombre por su mujer”.

Nos da también su visión de felicidad:

algo tan sencillo que da la impresión de que por eso mucha gente no lo pilla. El truco consiste en dedicarte a hacer lo que quieras, lo que te haga feliz, siempre que no perjudiques a los que te rodean. No es hacer lo que crees que deberías. Ni lo que te parece que otros creen que deberías hacer, si no actuar de un modo que te procure una inmensa felicidad”.

Y esto está unido directamente con el sentimiento de realización que tienes cuando por primera vez consigues hacer eso para lo que naciste. Empiezas a sentirte lleno, contento y realizado.

Habla también de fluir, y de cómo si te relajas es posible disfrutar mucho más de lo que te está pasando ahora en el presente. De esa manera, haciendo lo correcto, “las cosas correctas sucederán a su debido tiempo”.

Nos cuenta la importancia del perdón, pero no hacia quien nos hace daño, que para él es imperdonable lo que le hizo. Dice de hecho que a día de hoy, él no perdona a su profesor ni cree que eso vaya a ser posible. Pero sí que se perdonó a sí mismo, por haber cargado con una culpa que aquel le puso encima pero que no le pertenecía ni era suya pero él había aceptado como tal.

Incluso nos da su personal visión de las relaciones humanas y las relaciona con este consumismo en el que vivimos y en el que se nos comercializa y se vende o se compra a las personas como si fuéramos un producto de AliExpress. Esto último es mío.

Pero lo mejor de todo, y lo que me hace ver que esta persona es una muy grande persona, es que a pesar de todo lo que ha sufrido, de haberse encontrado al mal personificado en su profesor, de haber vivido en un infierno terrenal, de haber pasado por todo tipo de situaciones miserables, él, al final, sigue creyendo en la BONDAD de las personas, y nos invita y anima a que seamos buenos, que no débiles. Buenos.

Nos anima también a dejar los tabúes de lado y ser capaces de hablar de los temas que no son fáciles pero que es necesario tratar para crear conciencia y así ayudar y animar a personas que estén pasando por abusos de cualquier tipo, para que sientan fuerzas para contarlo, para que vean que no hay que sentir vergüenza  y  así hacer salir su voz para ser escuchada.

Seamos buenos pues e intentemos hacer de este mundo un lugar mejor. Yo lo voy a intentar aun a pesar de haber experimentado cosas malas también. Yo no puedo cambiar eso, ni puedo transformarme en algo que no soy. No puedo actuar como han hecho conmigo porque YO no soy así. No voy a negar que haya llegado a sentir un odio profundo y una rabia inmensa en momentos concretos. Pero incluso ese sentimiento me hacía sentirme mal conmigo misma porque yo, repito, no soy así. No estoy diciendo que tengamos que ser tontos, o débiles o ingenuos y que se aprovechen de nosotros. Estoy diciendo que seamos buenos y dejemos el mal para los que no saben hacerlo de otra manera mejor porque o nadie les enseñó cómo hacerlo, o… no les da la gana de hacerlo mejor.

Me encanta James Rhodes. Lo admiro. Gracias por existir.

PD: por cierto, ya tengo su libro nuevo de Toca el piano!! Me da la sensación de que va a ser divertidísimo! 😀 Lo voy a llamar “James Rhodes Challenge”. Éste sí que tendría que ser viral.

FUENTES:

Su libro: «James Rhodes: Intrumental. Memorias de música, medicina y locura»

Su web official

Entrevista con Jordi Evole en LaSexta

Entrevista en Radio 3 «No es un día cualquiera»

Entrevista en Radio 3: «Hoy empieza todo» con Ángel Carmona

Charlas TED en Madrid sobre la música, cómo ayuda a la expresión, y la educación

Charlas TED en Oxford


M_argA_R_I_itA_

Music lover, in an awakening path of healing through music, paintings, lyrics and my words.

6 Comments

Isa Belita (@isa_charel) · 03 04 2017 at 08:57

Una gran reflexión Mary! Me has dejado sin palabras…pero no porque me haya sorprendido (que también), sino por la de sentimientos tan bien expresados que logras transmitir. James Rhodes sufrió mucho tanto física como psicológicamente pero ahí donde lo ves, ha sabido seguir adelante y levantarse una y otra vez. Y eso, Mary, es de valientes. Igual que tú lo eres. Un besazo

    amargaritas · 03 04 2017 at 22:57

    Jo Isa… 🙂 muchísimas gracias por tus palabras y por tus ánimos y por haberte dedicado un tiempo a leerlo todo! Sí que creo que él es muy valiente después de todo lo que le pasó, y como él muchas personas anónimas que todos los días se levantan por la mañana sabiendo que la manera de enfrentarse a la vida para ellos es totalmente diferente a la «media normal». Sé que la vida no es facil, y para muestra … pero también creo que debería ser necesario aprender a levantarse después de golpes así. Ésto es lo verdaderamente importante de la vida, aprender a levantarse una y otra y otra y otra y ooootra vez jajajaja y aprender de cada vez que lo haces todo lo que puedas. Escrito parece facil pero… la realidad es otra jejeje porque es muy difícil.
    Gracias otra vez y otro besazo para ti :)*

Mariajo · 05 04 2017 at 13:38

María, ya lo sacaste. Ahora hay que seguir adelante. Una vez que te levantas, no puedes hacerlo para seguir mirando hacia el suelo donde estabas. No puedes dejar que, 2 años en total? condicionen el resto de tu vida. Cuando pasan los años los recuerdos parece que forman parte de una película que viste (buena o mala, bonita o fea), y tu vida es lo que tienes en el presente. Pero para que eso suceda hay que dejarlo estar y no traer hacia el presente continuamente todos esos recuerdos (los malos, por supuesto, jeje), para que permanezcan como si fueran parte de la vida actual,Un besito muy grande

    amargaritas · 06 04 2017 at 12:10

    Muchas gracias Yeyi! Ahí estamos levantadas y mirando hacia arriba, intentando seguir caminando con la cabeza alta y sin volver a ese bucle del que no podía salir. Y hay una parte en la que tienes razón y es que hay que recordar los buenos momentos, pero lo que incluso siento yo es que nada fue real… y lo recuerdo tal cual como dices… Como una película o como un sueño, que fue muy bonito mientras duró pero después se transformó inesperadamente en un infierno. Pero la parte de dejar estar todo en su sitio no es así, y me lo han hecho ver en terapia, y eso es lo que hice durante un año. Taparlo, esconderlo y no hablar de ello para que como por arte de magia se esfumara. Y no me enfrenté a nada.
    Yo ahora puedo decir que estoy bien precisamente por haber cogido al toro por los cuernos y ponerme a trabajar con lo que me hacía daño y me provocaba dolor, porque al hacerlo comprendí muchas cosas de las que me habían pasado y de cómo yo me sentía. Y por eso escribí sobre este libro, porque cuando lo leí me vi reflejada en él, en su ansiedad, pesadillas, pensamientos, negatividad, creerse uno que no tiene valor, que no vale ni una mierda pinchada en un palo, pero al ver que esa persona también lo sintió así, te hace darte cuenta de que no eres un bicho raro por tener todos esos pensamientos y sentimientos dentro.
    Hace unos meses ni siquiera podría haber hablado de lo que me pasaba a mí porque me avergonzaba de estar en tal estado, y lo que vosotros veíais por fuera era lo que yo conseguía mantener de pie para que pensáseis que todo estaba bien. Pero no lo estaba.
    Pero ahora sí. Y por eso sé que todo este proceso era necesario para ser mucho mejor que antes incluso de conocerlo, y más fuerte y más madura.
    Fíjate como lo explica él en el libro: «Hay que identificar y aceptar los problemas, como en un proceso de desintoxicación, antes de que se pueda aspirar a un cambio permanente. La verdad es que lo más fácil del mundo es cortar y salir corriendo. De todo, no solo de las relaciones. Así se evita cómodamente asumir la responsabilidad de las cosas, aprender lecciones que son imprescincibles en determinado momento; también refuerza el sentimiento de culpa y asimismo garantiza, al menos en mi caso, que se repetirán las mismas movidas con otra persona».

    Y yo aunque cueste creerlo, llegué a creerme que tenía la culpa de lo que me había pasado. Si no me hubiera parado a analizarlo, trabajarlo y enfrentarme a lo que me hizo estar así, seguiría metida en el bucle de culpa – vergüenza – falta de autoestima. Pero lo genial es que gracias a vosotros que estáis ahí, a mi trabajo (me refiero al de analizarme en terapia) y a las ganas de salir todo está mejor ahora, y mejor que va a estar.

    Un besazooooooo que nos vemos pronto!! Muaaaaaaaaasssss********

James Rhodes: music and healing – PEARLS BEFORE THE SWINE – Of music, canvas and healing · 02 04 2017 at 14:52

[…] STILL IN TRANSALATION PROGRESS FROM MY SPANISH BLOG… click here if you want to go on reading with “Google translator” while I translate the text left, […]

Crawling de Linkin Park y el estigma del suicidio – MARGARITAS A LOS CERDOS – De música, dibujos y superación · 11 08 2017 at 17:46

[…] DECIDIR quitarse la vida no se toma de un segundo a otro, se piensa muchísimo, no es como decir: “mmm.. me apetece echarme una siesta” y ponerse a ello… Recordad lo que decía James Rhodes en su libro y que comenté en mi anterior post: […]

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